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Editorial - Universo del Crucero (XVI) Días de navegación, escalas y excursiones
Miércoles, 30 de enero 2013 Manuel Medina






























Días de navegación, escalas y excursiones en tierra

En la anterior entrega, “Vida a bordo del barco”, apuntábamos algunos aspectos sobre cómo transcurre la vida a bordo del buque. Hacíamos referencia a que cada noche -y a la llegada el día de embarque-, encontraríamos en el camarote el programa con los horarios y actividades del día siguiente (en el caso del primer día se referirá al día en curso). El conocido “Diario de a bordo” que además de relatar las actividades propuestas, los horarios de restauración y bares, y otras muchas informaciones que orientarán al crucerista en la planificación de su jornada, nos indicará uno de los más relevantes aconteceres de un crucero: la escala que el barco realiza.

Pero no todos los días necesariamente visitaremos una localidad portuaria. Podemos tipificar –si nos atenemos a este aspecto- tres tipos de experiencias en unas vacaciones en crucero. En primer lugar los recorridos en los que cada día tocamos puerto, lo que vendrá dado por el hecho de que la zona visitada posea lugares de interés próximos entre sí que además sean susceptibles de acoger en sus instalaciones portuarias a nuestro buque –no todos los puertos poseen suficiente calado para grandes tonelajes, aunque queda la opción de que nos desembarquen en lanchas llamadas “tender” para cuando el barco fondea en una bahía o simplemente próximo a la costa-. En segundo término –y es lo más frecuente- se incluyen algunos días en los que no se desembarca, lo que viene dado por la circunstancia contraria al anterior caso, ya que unir dos destinos pueden requerir más de una jornada de navegación como es el caso de los típicos recorridos por el mediterráneo. Finalmente –y es poco frecuente- cuando predomina la navegación con muy pocas escalas. Este tercer caso corresponde a los llamados posicionamientos. Los barcos son enviados a otras zonas del mundo a operar durante unos meses pero no suelen navegar sin pasajeros en ese cambio de ubicación, lo que constituye una buena oportunidad para hacer un largo viaje a precios ventajosos con el único inconveniente de que hemos de regresar en avión y que no es aconsejable en el caso de que nos “angustie” no tocar tierra en varios días seguidos –personalmente me parece una estupenda ocasión para descansar y dedicarse al relax-.

En referencia al segundo de los casos –y obviamente en los posicionamientos-, en los días de navegación en los que no tocamos puerto, suelen intensificarse el número e interés de las actividades a bordo para hacer más amena nuestra jornada. En otras entregas de “El Universo del Crucero” las hemos abordado por lo que a ellas nos remitimos. También detallamos en otros epígrafes las instalaciones de que disponemos. Todo ello, sin duda, llenará nuestro tiempo de ocio. Sin embargo, pensamos que la propia navegación ya es –de por si- todo un aliciente. Nos hacemos eco de cómo suelen encabezar muchas compañías el diario de a bordo para estos casos: “Un relajante día de Navegación”.

En el caso de las escalas, en el diario de a bordo encontraremos alguna reseña del lugar donde desembarcaremos. El primer día recibiremos información sobre las excursiones –tanto escrita como en una reunión a la que se nos convoca- que podemos contratar en el propio barco. Las visitas se pagan a bordo, en el mostrador de excursiones -con cargo a la tarjeta interna- aunque algunas compañías comienzan a ofrecer la reserva con antelación, en el momento de contratar el viaje, evitando así colas y asegurando al cliente un guía en su idioma. Los precios oscilan en base al país visitado, duración, distancias, pago de entradas etc. pero suelen ser algo elevados -bajo nuestro punto de vista- y no siempre cumplen las expectativas del crucerista.

Podemos hacer las visitas por nuestra cuenta; resulta más cómodo y rentable en el caso de ciudades donde el puerto está en el centro o donde disponemos de transporte alternativo (trenes, autobuses o taxis). En muchos puertos se dispone de un autobús lanzadera al centro de la ciudad sin cargo en muchos casos. Importante: el barco nunca espera, así que atentos a los horarios de regreso o nos quedaremos en tierra.



Manuel Medina
Escritor y Viajero


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