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Tenerife, isla volcánica
Viernes, 15 de marzo 2013
























El origen

Aunque hay varias teorías que explican la génesis de Tenerife, todas coinciden en una realidad irrefutable: su origen volcánico, del que se pueden encontrar manifestaciones en todas partes en la Isla, desde el Parque Nacional del Teide a playas de arena negra pasando por paisajes de aspecto lunar o por los aromas, sabores y colores de los vinos isleños.

Ese origen volcánico, además de formar parte fundamental del patrimonio de Tenerife, ha determinado también la vida de sus habitantes, que han sabido adaptarse ingeniosamente a un territorio de una belleza excepcional y duro a la vez. El propio carácter del isleño, amable y acogedor, al mismo tiempo que luchador, perseverante y paciente, es reflejo de esa influencia volcánica.

Más allá de los valores científicos y naturales que comporta, la realidad vulcanológica de Tenerife supone también un innegable atractivo turístico. Comprender cómo se creó permite entender los procesos geológicos que dieron lugar al resto de archipiélagos oceánicos, lo que otorga a la experiencia vacacional una dimensión más completa y memorable.

Por ejemplo, esta Isla surgida del magma reúne en su relativamente pequeña superficie (2.038 kilómetros cuadrados) la mayoría de los procesos volcánicos que existen. Alberga el tercer cono volcánico del planeta en altura; cuenta con más de cien cráteres y malpaíses (superficies áridas de lava erosionada por el tiempo), y está surcada bajo su superficie por inmensos tubos volcánicos formados al enfriarse las capas exteriores de la lava en su avance, que han quedado a modo de enormes tuberías de hasta varios metros de diámetro. Uno de los más espectaculares es el de la Cueva del Viento, en Icod de los Vinos, que con 17 kilómetros de longitud es el más largo de Europa y el quinto del mundo.

Tenerife, volcanes de vida

Para potenciar la realidad volcánica de Tenerife como atractivo turístico, el Plan "Tenerife, volcanes de vida", puesto en marcha en 2009, ha desarrollado acciones como la creación de territorios temáticos relacionados con los volcanes, la formación específica sobre interpretación volcánica a empresarios, recepcionistas guías e informadores turísticos de la red Infotén o la propia promoción de estos recursos. Este programa se enmarca a su vez en el Plan de Competitividad "Islas Canarias, una experiencia volcánica", en el que participan Tenerife, La Gomera, Lanzarote y Gran Canaria, además de los gobiernos central y autonómico y las asociaciones hoteleras del Archipiélago.

En la práctica, la iniciativa "Tenerife, volcanes de vida" busca que el turista viva una auténtica experiencia de vacaciones. Que, entre otras actividades, saboree platos y vinos impregnados de ese carácter volcánico, practique actividades como el submarinismo -donde admirar fondos de alto valor vulcanológico-, recorra senderos en los que conozca más sobre coladas de lava o se lance en parapente para sobrevolar conos y admirar desde arriba las formaciones geológicas más impresionantes del Atlántico.

Cinco territorios volcánicos

La Isla se ha dividido en cinco territorios volcánicos en los que el viajero puede apreciar cómo ese carácter ha moldeado también la forma de ser de los habitantes de las diferentes zonas de la Isla, el tipo de cultivos, el estilo de las construcciones o el aprovechamiento del agua. Cinco territorios volcánicos por descubrir que se pueden disfrutar a través de itinerarios tematizados en vehículos motorizados, rutas a pie interpretadas, en bike… Son los siguientes:

Territorio Antiguo

Se desarrolla entre Garachico y Puerto de Santiago. Esta parte de la Isla fue creada hace unos siete millones de años y es algo así como una isla dentro de la isla. De especial interés un paisaje de Teno en el que admirar acantilados que han quedado tierra adentro, a varios cientos de metros de la costa, después de que sucesivas erupciones hayan ido ganando terreno al mar.

Algunos de los lugares de interés del territorio del Macizo Antiguo son el Mirador del Emigrante (Garachico), el Mirador de la Ballena (Los Silos), el Centro de Servicio los Pedregales (Parque Rural de Teno)  o el Mirador de Archipenque (Los Gigantes). Entre las actividades a desarrollar en este recorrido se encuentran el buceo, rutas guiadas, parapente, observación de aves o excursiones para el avistamiento de cetáceos.

Los Grandes Valles

Este territorio volcánico, situado entre Puerto de la Cruz y el Puertito de Güímar, está marcado por las dos grandes depresiones que forman el Valle de La Orotava y el Valle de Güímar, creadas -según las teorías predominantes- por el deslizamiento de los materiales acumulados en la construcción de la Isla.

A visitar, entornos como el Mirador de Humboldt (La Orotava), el Mirador del Valle (Parque Nacional del Teide) o el Mirador de la Crucita (Corona Forestal). Entre las actividades para disfrutar, además del paso por el propio Parque Nacional del Teide, visitas a bodegas en las que saborear vinos marcados por un profundo carácter volcánico.

Volcanes Legendarios

Este territorio busca mostrar las erupciones históricas más destacadas sucedidas en la Isla, unas 15 en el último milenio. Especial interés tienen los dos ejes de edificación más activos de Tenerife: la Dorsal de Pedro Gil y la Dorsal de Abeque.

Entre sus lugares de interés, los miradores de los Volcanes y de Ucanca (Parque Nacional del Teide), el Volcán de Boca Cangrejo (Corona Forestal) o los Jardines de Montaña Tagoro. Las actividades recomendadas son el senderismo, el ascenso al cono del Teide en el teleférico o la visita a un molino tradicional de gofio.

Tierra de Contrastes

Este territorio permite conocer la zona volcánica más activa de la Isla, al poseer las erupciones más recientes, entre ellas la de Chinyero, de hace 100 años.

El Mirador de Pino Gordo (Corona Forestal), el Mirador de las Narices del Teide (Parque Nacional del Teide) o el Mirador de Chirche (Santiago del Teide) son algunas de sus puntos de mayor interés. Como actividades recomendadas, visitas a cooperativas agrícolas -en las que conocer cómo el terreno volcánico influye en los productos de la tierra-, o a la Cueva del Viento (Icod e los Vinos), que con 17 kilómetros de longitud es el tubo volcánico más largo de Europa.

El Rincón de la Luz

En la zona sur de la Isla se aprecian los restos de grandes episodios volcánicos como edificios volcánicos de miles de años de vida o auténticos "campos de volcanes", con hasta unos 90 de ellos, cada uno con sus formas, colores y perturbaciones propias.

El Mirador de La Centinela (San Miguel de Abona), el de Montaña Chiñama (Granadilla de Abona), el ITER (Instituto Tecnológico de Energías Renovables) o la Cueva del Hermano Pedro (primer santo canario), son algunos de los hitos más destacados. Y windsurf, buceo o rutas en barco, entre las propuestas de actividades.

Otras manifestaciones volcánicas

Además de los propios territorios volcánicos, son numerosas las manifestaciones culturales, religiosas y de todo tipo en la Isla relacionadas con los volcanes, entre ellas:

- Alfombras del Corpus Christi de La Orotava. Cada mes de junio, este municipio se tapiza de alfombras de flores y de arenas de colores traídas directamente del Teide.

- Procesión del Santo en Santiago del Teide. Una tradición que arranca en 1909 en la que los vecinos sacan simbólicamente la imagen del Cristo para que medie y detenga la erupción del volcán Chinyero, que hace un siglo amenazó con alcanzar al pueblo.

- Fuegos del Risco (Garachico). Se celebran cada cinco años. Para rememorar la erupción volcánica de 1706 se lanzan bolas de fuego ladera abajo simulando el descenso de la lava.

-Vinos. Los caldos tinerfeños son una muestra de la influencia volcánica en los terrenos, con sabores y colores únicos. Unos vinos de gran calidad que degustó y apreció el propio William Shakespeare.

- Literatura y cultura popular. Las referencias a los volcanes se pueden encontrar en multitud de obras literarias. Destacan algunas como las endechas, canciones de lamento anónimas.

- Playas. El origen y los colores de las playas de Tenerife están en relación directa con los materiales volcánicos que conforman cada una de las zonas de la Isla. Las playas de arena más clara corresponden a territorios en los que predominan los volcanes explosivos y que son más habituales en el sur. En la parte norte, por contra, las playas y sus arenas son de salvaje color negro.

-Cultivos. El paisaje de los cultivos isleños  tampoco escapa a esa realidad volcánica, lo que ha hecho que los tinerfeños aprovechen las escarpadas laderas de las montañas para sus plantaciones, en lo que se conocen como bancales. Además, los productos que ofrece la tierra volcánica están igualmente influenciados por ese carácter, al encontrarse entre los terrenos más fértiles del mundo gracias a su variada composición química.

Agua. Tradicionalmente, el agua de consumo y cultivo en la Isla se ha obtenido a través de galerías: tubos subterráneos excavados por el hombre en los que el agua se recoge al filtrarse por sus paredes desde la superficie, atravesando suelos volcánicos que otorgan al líquido excepcionales propiedades.

-Piedra y construcciones. Las formas constructivas de la Isla también son producto, en muchos casos, de su origen volcánico, como es el caso del jable, en el sur de la Isla. Además, la losa chasnera (un tipo de piedra volcánica) fue el sustento económico de muchas familias isleñas, al exportarse a América para la edificación de edificios públicos y religiosos.




Tenerife, isla volcánica