Barceló Hamilton Menorca, como un eterno barco a orillas del Mediterráneo
Sábado, 24 de mayo 2014
Un paisaje de 360º con el Mediterráneo a un lado y el puerto de Mahón al otro, habitaciones con vistas que se funden con el mar, comidas sintiendo prácticamente el agua rozando los pies y la imagen de las intensas aguas menorquinas presente desde cualquier ventana. Así es el Barceló Hamilton Menorca, el nuevo hot spot de la isla, que con esta disposición respecto al mar se asemeja a un barco anclado en puerto.
A orillas del Mediterráneo se erige un edificio cuajado de ventanas, a través de las cuales penetra la luz y la visión del agua, tan cercana que prácticamente se siente su tacto desde la cama o mientras se cena en su restaurante. El Barceló Hamilton Menorca, nuevo hot spot de la isla, se sitúa a la entrada del mar hacia el puerto de Mahón, haciendo del mar su eje y convirtiéndose en un auténtico barco eternamente anclado en esta ubicación privilegiada de la isla de Menorca.
A proa, el mar; a popa, el puerto
Tarima de teka, hamacas, camas balinesas, el aire soplando, el mar de fondo… podría ser un yate o un velero, pero se trata de Blue Sky Bar, el nuevo espacio más cool & trendy de todo Menorca y con unas vistas únicas de la isla. Como si fuera un navío, a proa se encuentra la impresionante vista del mar Mediterráneo, donde disfrutar de los amaneceres más espectaculares de Menorca. A la popa de este barco se vislumbra el puerto de Mahón, el segundo puerto natural más grande del mundo después del de Pearl Harbour, un auténtico must en la vida de cualquier viajero con gusto por el mundo marítimo y un entorno único donde pasar las mejores jornadas de ocio. Blue Sky Bar ofrece jacuzzis exteriores, hamacas al más puro estilo de un roof top neoyorkino y una carta de cócteles única para disfrutar de las tardes más divertidas del verano.
Estancias invadidas por el Mediterráneo
Cuatro paredes y tres de ellas de cristal, todas con una única vista: el mar. Con estas características, las B-Rooms del Barceló Hamilton Menorca se convierten en habitaciones inundadas por la relajación de la brisa marina. Sus características fusionan tanto el interior con el exterior que desde sus camas cuesta percibir si se está en un dormitorio o sobre una tumbona tocando el agua. Un auténtico camarote con vistas a la Fortaleza de la Mola, a la Illa del Rei o a la Illa del Llatzeret.
