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Editorial I Túnez, el espíritu, el brío y el patrimonio del sur del Mediterráneo
Miércoles, 13 de mayo 2015
































Cartago

Situada en un pintoresco promontorio que se extiende hacia las cristalinas aguas del Golfo de Túnez, Cartago es una de las ciudades de la antigüedad más grandes del mundo. A sólo nueve millas del centro de Túnez, Cartago fue casi absorbida por los extensos suburbios de la capital, pero, ahora, es otro mundo.

Una de las joyas arqueológicas más importantes jamás descubiertas, Cartago, fue colonizada por los comerciantes fenicios alrededor del 814 aC y, rápidamente, se convirtió en el gran centro del comercio marítimo del Mediterráneo y, por ende, en el centro de un poderoso imperio tras la caída de la ciudad de Tyre en el 575. Una lucha casi perenne contra griegos y romanos condujo a la Primera Guerra Púnica (264-241; la mayor guerra de la Antigüedad), cuando los cartagineses perdieron Sicilia frente al ejército romano. Esto llevó a la decadencia de Cartago - y ni siquiera una segunda Guerra Púnica salvó la ciudad-. En el 146 aC, después de una Tercera Guerra Púnica, los romanos saquearon Cartago y, aunque juraron que nunca volverían a reconstruir la ciudad, con el tiempo sería re-fundada  para convertirse en una ciudad muy próspera.

Hoy es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y desde el siglo XIX, una considerable actividad arqueológica ha desenterrado algunos artefactos púnicos y edificios romanos y bizantinos muy espectaculares. Como punto culminante de muchas excursiones culturales a Túnez, Cartago, atrae a miles de turistas e historiadores con sus imponentes columnas, monumentos, intrincados mosaicos y esculturas. Varios autores cristianos importantes vivían en la Cartago de la época, desde Tertuliano y Cipriano hasta Donato, sin embargo el más famoso de la Antigüedad tardía fue Agustín, quien estableció una pequeña escuela en Cartago (376-383).

Además de la enorme riqueza en tesoros arqueológicos, Cartago cuenta con dos puertos  de piedra, conectados por un estrecho canal. El Byrsa Hill, muy por encima de los puertos, es el lugar donde se encuentra la ciudadela amurallada que una vez formó la instalación militar principal de Cartago. Hoy en día ofrece vistas asombrosas del Mar Mediterráneo a través de blancos edificios y entre las copas de los árboles.

Túnez

Con su gloriosa mezcla de estilos arquitectónicos, amplios bulevares y callejuelas entrecruzadas por los tranvías, Túnez representa el espíritu, el brío y el patrimonio del sur del Mediterráneo. La Medina, del siglo noveno, ya no muestra sus viejas paredes de piedra pero sí sus intrincadas callejuelas, sus zocos, sus mezquitas y los edificios históricos que siguen permaneciendo como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. En contraste con el complicado urbanismo de las callejuelas de la ciudad antigua, la Ville Nouvelle (Ciudad Nueva) de Túnez, cuenta con un diseño de estilo de cuadrícula ordenada y orgullosa de la elegancia colonial heredada de los franceses. En el centro de la capital la reciente revitalización ha traído un fresco glamour a sus excelentes teatros, edificios art nouveau, el mercado franco-árabe y las catedrales coloniales construidas en estilo bizantino romano. Ahora que el área alrededor de la arbolada avenida Bourguiba, desde la estación de tren TGM hasta la entrada principal de la Medina, se ha transformado en gran parte en zona peatonal, muestra una elegancia y el dinamismo de un bulevar parisino repleto de cafeterías. Los turistas interesados en visitar la gloriosa algarabía de Túnez pueden disponer de mapas gratuitos en la oficina de turismo Ville Nouvelle - algunos con itinerarios de senderismo de primera clase por la caótica Medina y su desconcertante laberinto de callejuelas-. Para escapar del calor de la tarde en la ciudad, recomendamos descansar a la sombra en la terraza de la cafetería Belvedere Park o visitar uno de los excelentes museos de Túnez como el Dar Ben Abdallah o el Musée National du Bardo.


Hammamet y la Península de Cap Bon

Este promontorio en forma de cañón situado en el extremo nororiental de Túnez, se adentra en el Mediterráneo, flanqueado por el golfo de Túnez al oeste y el golfo de Hammamet, al este. Hogar de los centros turísticos más populares de Túnez, Cap Bon se conoce a menudo como el "Jardín de Túnez" por sus palmeras florecientes, eucaliptos y la abundante flora de olor dulce.
Las importantes reliquias y los magníficos lugares históricos atraen a los visitantes de todo el mundo a las ruinas de las antiguas civilizaciones en Cartago y Kerkouane. En Hammamet, el desarrollo a gran escala ha dotado a la ciudad con decenas de hoteles  encadenados a lo largo de la costa donde el lujo brilla por doquier. Lo que una vez fuese un asentamiento de pescadores humildes situado entre limoneros, Hammamet, se transformó durante el siglo pasado. Sin embargo, lejos de las sombrillas de la playa, un paseo por el centro histórico ofrece una visión de la época pasada de Hammamet con su encantadora medina, la Kasbah, y sus estrechos callejones.

En la menos conocida costa oeste, los burbujeantes manantiales submarinos de Korbous, en las laderas escarpadas del Jebel Koborus, brotan en el mar. Conocido desde la época romana como Aquae Calidau Carpitanae, y fuertemente desarrollado por los franceses, Korbous sigue siendo popular entre los tunecinos que buscan un respiro curativo en las aguas termales ricas en minerales y barros. Nabeul, situada en la parte sur del itsmo de tierra, es una alternativa asequible al alarde publicitario de los hoteles de cinco estrellas de Hammamet. Reconocido por su fina cerámica y por el ajetreado mercado de los viernes, Nabeul tiene un encanto cautivador con su cestería y sus locales de bordados. En la punta de la península, la bonita ciudad de El Haouaria es famosa por su antigua tradición de cetrería: un venerado arte honrado cada año durante un festival de una semana de duración. Hay un centro de cetrería, a 1 km del centro de la ciudad, que contiene gran cantidad de información sobre la naturaleza de la rica zona de influencia de Cap Bon. Kerkouane posee el legado cartaginés más grande aún al descubierto en un notable estado de conservación. Cerca de allí, el puerto pesquero de de Kélibia es el hogar de un pintoresco puerto natural y algunos tramos rústicos de perfecta arena.

Enlaces útiles:
Oficina Nacional de Turismo de Túnez
http://www.cometotunisia.co.uk/

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