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Mezcla de arquitecturas en Viena
Lunes, 14 de noviembre 2011
Mucha gente piensa que Viena es una ciudad aburrida, demasiados palacios y enormes construcciones clásicas. Es cierto que el corazón de la ciudad puede ser un poco sobrecargado para los amantes de la diversidad, pero la ciudad tiene maravillas arquitectónicas en mi opinión. Os presento una pequeña ruta para que podáis descubrir también algunas curiosidades que a mi me han entusiasmado en la capital austríaca.
Comenzando por el centro de la ciudad, y para quitarnos los edificios religiosos de encima, la Catedral de San Esteban merece una visita. Está construida sobre las ruinas de dos iglesias antiguas y ha vivido gran parte de la historia de la ciudad. Aunque no es la catedral más espectacular del mundo, es el edificio religioso más importante de Viena y un símbolo de la ciudad. No os perdáis tampoco el barrio judío o la impresionante ópera de Viena.
La verdad es que el centro de la ciudad requiere más de un día para visitarlo, ya que puedes pasarte pasmado en el complejo Hofsburg una tarde entera. Está compuesto, entre otros, por el palacio del mismo nombre, el ayuntamiento o las plazas de Maria Theresien Platz (¡enorme!) o Heldenplazt. Os aseguro que os sentiréis como enanos ante la majestuosidad de los edificios. Si os gusta la grandeza de estos edificios, no dudéis en visitar el Palacio Schönbrunn, la residencia de la emperatriz Sissi. El complejo reúne no solo el palacio, sino unos preciosos jardines con estatuas y fuentes maravillosas y hasta un Zoo.
Aunque todo el mundo se siente atraído por estos edificos, lo cierto es que si ya conoces ciudades de Europa del Este, como Praga o Budapest, te puede llegar a cansar. Os recomiendo entonces un pequeño descanso en el parque de atracciones, un paseo en la montaña rusa y una carrera de coches, y por supuesto una vista de la ciudad desde la noria gigante.
Para terminar… ¿Habéis alquilado ya uno de los apartamentos de Viena? Hundertwasserhaus es un edificio de apartamentos en el distrito 3 de Viena. La peculiaridad de este complejo radica en su honor al mundo natural. El techo está cubierto de tierra, hierba y arbustos, la naturaleza, en forma de grandes árboles, fluye a su antojo por terrazas y hasta por el interior de las habitaciones. Una visita imprescindible para el fin de vuestro viaje, un claro contraste con la Viena más clásica.
