REPORTAJE Benedicto XVI a la sombra de Juan Pablo II en México
Lunes, 20 de marzo 2012
Por Sandra Parra (dpa)
Ciudad de México, 20 mar (dpa) – Juan Pablo II se puso sombrero de charro, disfrutó de serenatas de mariachis y se declaró mexicano. Con este tipo de gestos el papa polaco se ganó el corazón de la gente en las cinco visitas que realizó a México: una difícil herencia para Benedicto XVI, que tendrá que competir con la sombra del papa "mexicano".
El arzobispo de la ciudad mexicana de León, José Guadalupe Martín Rábago, ha pedido a los feligreses no tener la expectativa de que Benedicto XVI vaya a ser un "clon" de Juan Pablo II, uno de los jerarcas de la Iglesia católica más carismáticos de la historia y cuyas huellas aún están vigentes en México.
Benedicto XVI iniciará este viernes una visita a México que se prolongará hasta el lunes 26. Sin embargo, es la figura de Juan Pablo II la que aún se roba exhibiciones en el país azteca.
En la antesala de la visita del papa alemán en Ciudad de México fue inaugurada la exposición "Juan Pablo II en la intimidad", en la que se exhiben unos 200 objetos personales del papa polaco, que hacen parte del acervo del Museo de la Arquidiócesis de Cracovia.
La muestra promete acoger más de 200.000 visitantes, del 15 de marzo al 15 de junio, así como tener similar aceptación a la exposición que se hicieron de las reliquias del beato el año anterior.
Además de esta actividad, el mes pasado la figura de Juan Pablo II, y no la de Benedicto, fue utilizada en los sobres de la colecta a favor del seminario conciliar de Ciudad de México.
La gran estatua que se erigió en la década de los 80 de Juan Pablo II en la Basílica de Guadalupe también es uno de los grandes atractivos del principal centro religioso del país.
Hasta allí los turistas y peregrinos que van a visitar el templo de la "Morenita del Tepeyac" llegan para tomarse fotografías.
Las visitas que hizo Juan Pablo II en México en 1979, 1990, 1993, 1999 y 2002 hicieron estrechar los lazos de México con el Vaticano y llevar al fallecido sumo pontífice a declararse "mexicano".
Imágenes de Juan Pablo II portando sombreros de mariachi se convirtieron en un ícono de las artesanías religiosas que se venden por todo México. Además, la amabilidad con la que el papa trató a sus seguidores, a quienes salió a saludar aún en la madrugada, cuando le gritaban a desde fuera de los lugares que se hospedó, son gestos que no olvidan los mexicanos.
Las numerosas visitas papales que realizó Karol Wojtyla sirvieron también de experiencia a México, uno de los países con mayor número de católicos en el mundo con más del 83 por ciento de su población, para organizar este viaje pontificio.
Con fama de buenos anfitriones, los mexicanos buscarán hacer lo propio con Benedicto XVI, que eligió como destino de su segunda visita por Latinoamérica, después de Brasil (2007), a este importante bastión del catolicismo y a Cuba, país al que partirá al concluir su viaje al estado mexicano de Guanajuato.
En esta ocasión Benedicto XVI marcará distancia de su antecesor visitando lugares en los que no estuvo Juan Pablo II y evitando el paso por la capital mexicana, debido a su altura sobre el nivel del mar, con más de 2.200 metros.
León, Guanajuato y Silao, cuna de mariachis, son las urbes en las que estará Benedicto XVI y en las que buscará cautivar a la población mexicana, si bien no para borrar el recuerdo que dejó impregnado Juan Pablo II, si para despertar el fervor del catolicismo en el país, que, aunque sigue siendo importante, ha ido en decrecimiento en los últimos años.
De acuerdo a estadísticas del Instituto Nacional de Estadística y Geografía de México (INEGI) el porcentaje de evangélicos y protestantes pasó del 5,2 por ciento en 2000 al 7,6 por ciento al 2010.
Para esta nueva visita papal la tierra de los charros se puso su mejor cara y preparó lo más sofisticado de sus artesanías para ofrecerlas al sumo pontífice católico. Entre estas destacan objetos para adornar los altares en los que oficiará misas y un sombrero de charro con el nombre de Benedicto XVI, con el que los mexicanos darán un afectuoso !Bienvenido a México! a Joseph Ratzinger.
