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Reportaje - El Salvador se prepara contra el desastre
Jueves, 05 de abril 2012
























Por Juan José Dalton (dpa)

SAN SALVADOR (dpa) - El Salvador es uno de los países más castigados por los terremotos a nivel mundial. Ya los conquistadores españoles bautizaron a la pequeña nación centroamericana como "El Valle de las Hamacas", al considerar que en ella la tierra se mueve de un lado a otro. Eso lo dice todo.

"No hay un día que en El Salvador no se registre un movimiento sísmico", dijo Ana Deysi López, directora del Observatorio Ambiental del Ministerio del Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN). "Se registran a cada instante los conocidos enjambres sísmicos (varios sismos un solo lugar), que se dan frecuentemente en varias zonas del territorio: volcanes, montañas, costas, ciudades y valles".

Con una extensión de apenas 21.000 kilómetros cuadrados y seis millones de habitantes, El Salvador está ubicado en la zona de choque de las placas tectónicas Coco y Pacífico. Además, está atravesado por un arco volcánico, con siete volcanes activos. Estudios recientes apuntan a que el 90 por ciento de su territorio y el 95 por ciento de su población están expuestos a los temblores.

El primer terremoto que se recuerda en el país tuvo lugar en San Salvador el 23 de mayo de 1575, con un saldo de tres muertos. Desde entonces, el mayor terremoto se registró el 10 de octubre de 1986, y provocó más de 1.500 muertos y 10.000 heridos, además de dejar 15.000 personas sin vivienda ni lugar de trabajo. El país quedó devastado por última vez en 2001, con dos terremotos, de 7,7 y 6,6 grados de magnitud en la escala Richter, que ocasionaron en total 1.259 muertos.

En los últimos diez años, el Centro de Monitoreo Integrado de Amenazas Naturales del MARN ha registrado 152 sismos de entre cinco y siete grados Richter. Según la viceministra Lina Pohl, el país ha mejorado "sustancialmente" su red de monitoreo y dispone ya de 80 estaciones sísmicas, además de otros tantos centros de meteorología, vulcanología, control del aire e hidrología.

El fortalecimiento de dicha red -la segunda más densa y moderna de Centroamérica después de la de Costa Rica- permite al país disponer de más datos sobre las fuentes generadoras de sismos, su ubicación, comportamiento y caracterización de la actividad sísmica.

Según Pohl, el país ha realizado además un análisis de riesgo sísmico en el área metropolitana de San Salvador, en el que se presta especial atención a los terrenos en los que están emplazadas instituciones en el sector de la educación o la salud. En el estudio, sin precedentes en la historia salvadoreña, se diferencian las zonas en las que se pueden construir edificaciones de un solo nivel de las que son aptas para edificios de más de ocho pisos.

Pohl explica que el análisis del terreno ayuda a decidir sobre la respuesta ante el sismo: "Hemos tomado tres sectores que son los sectores más vulnerables: Educación, Salud y Gobierno, en su conjunto, porque lo que hace influencia en un daño ante un sismo no es solamente el nivel de la edificación o el terreno, sino también la población expuesta, el sistema estructural y el nivel del código sísmico con que construyeron".

Según la viceministra de Medio Ambiente y Recursos Naturales, el análisis incluye todas las edificaciones de Salud y de Gobierno, pero por el momento sólo el 20 por ciento de los edificios de Educación, considerablemente más numerosos. "Con esta información estaríamos en la disponibilidad de ofrecer alternativas para el refuerzo de esas edificaciones en sectores que son altamente sensibles", estimó.

El objetivo, según Pohl, es reforzar la prevención y evitar los severos daños humanos y sociales de los terremotos.


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