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Guía de Destinos : Egipto la tierra de los faraones 1ª parte
Sábado, 11 de agosto 2012






















Egipto, tierra de faraones, intrigantes leyendas, civilizaciones antiguas y templos  espectaculares, es uno de los países más impresionantes y cautivadores del mundo.

GEOGRAFÍA
Egipto goza de una ubicación estratégica en el Norte de África, cerca de Oriente Medio.

Oficialmente denominado la República Árabe de Egipto, limita al oeste con Libia, al sur con Sudán y al este con Israel y la Franja de Gaza, a través de la península del Sinaí y un puente que cruza el canal de Suez. Y, aun así, dista mucho de carecer de costas. De hecho, su costa norte está bañada por el Mediterráneo, mientras que su costa este más meridional y el sur del Sinaí se extienden a lo largo del Mar Rojo. Históricamente, el país ha desempeñado un papel crucial como puente entre África y Asia, así como entre el Mediterráneo y el océano Índico y, como tal, se ha convertido, durante siglos, en el centro del escenario político-económico del mundo entero. Es un país vasto, con una superficie total que supera el millón de kilómetros cuadrados, lo que equivale a cuatro veces el tamaño de Reino Unido y al doble del tamaño de Francia; por otro lado, casi todas sus ciudades, como El Cairo, Asuán, Asiut y Luxor, se han erigido a las orillas del Valle del Nilo. Incluso Alejandría, la segunda ciudad más importante del país después de El Cairo, se encuentra en el Delta del Nilo.

Egipto está dividido en cuatro zonas diferentes. Por un lado, el Delta del Nilo en sí es una extensión de tierra que se despliega hacia el norte desde un punto cercano a El Cairo donde el Nilo se divide en corrientes de agua más pequeñas, alcanzando una extensión del litoral que recorre desde Alejandría hasta Port Saíd.

En la costa, las aguas del Nilo desembocan en el Mediterráneo. A lo largo del litoral se encuentran ciudades y pueblos como El Alamein —famoso por sus museos y batallas de la Segunda Guerra Mundial—, Marsa Matruh y Sallum al oeste de Alejandría; al este está situada la histórica Rosetta, lugar donde se descubrió la piedra Rosetta, importante objeto que fue clave para descifrar la antigua escritura jeroglífica de los egipcios. Más adelante, siguiendo en la costa, se encuentran Damietta y Port Saíd.
El Valle del Nilo se extiende desde el delta hasta la frontera más meridional de Egipto con Sudán y, además de impresionantes ciudades, alberga algunos símbolos de las civilizaciones antiguas más relevantes del mundo. En sus tierras, los visitantes pueden apreciar las tres grandes Pirámides de Giza y la Esfinge que la «guarda», el espectacular templo de Luxor y los templos de Karnak en Luxor, el Valle de los Reyes y, por supuesto, el propio río Nilo. El desierto del Sáhara, el segundo desierto más grande del mundo, comprende muchas de las diferentes zonas de oasis y desiertos de Egipto, fascinantes aunque escasamente habitadas, mientras que el litoral y los centros turísticos del Mar Rojo y la península del Sinaí constituyen los principales lugares del país donde disfrutar de unas divertidas vacaciones en familia o practicando deportes acuáticos.

ENTORNO
Una historia increíblemente rica y grandes hazañas conviven en armonía con el Egipto actual. Los desiertos que se extienden a lo largo de kilómetros de distancia y los centros turísticos con hoteles de primera categoría —que ofrecen diversiones familiares como nadar y bucear en el Mar Rojo— contrastan con el Delta del Nilo y el Valle del Nilo, que lo dejan a uno sin aliento ante sus animadas ciudades y sus templos antiguos.

Los miles de visitantes que llegan a Egipto quedan totalmente cautivados por el país y regresan una y otra vez. Tanto si se trata de una puesta de sol detrás de las pirámides centenarias, con el cielo teñido de un mágico color naranja, de ver la fascinante Esfinge abrasada por el sol, de los inestimables tesoros que se exhiben tentadoramente  tras las vitrinas del Museo Egipcio de El Cairo o de sentirse sobrecogido por los espectaculares templos, lo cierto es que las imágenes del país más fascinante del mundo permanecen eternamente en la memoria de quienes lo visitan.

Además, hay que añadir la experiencia de ver a uno de los habitantes más leales de Egipto, el camello, que se abre camino con indiferencia a través de la arena, quizás ataviado con borlas y alfombras de colores llamativos para un festival, así como a vendedores callejeros ofreciendo sus mercancías en los bulliciosos bazares, niños jugando en las calles, artesanos tejiendo alfombras o locales entremezclándose de forma animada por las calles; todos ellos sin desentonar con los modernos e innovadores edificios comerciales. Después de presenciar esto, Egipto será un país que formará parte de su alma.
Egipto es un país religioso. La religión oficial es el islam y la mayoría de los egipcios son musulmanes, aunque más de 12 millones son cristianos. La atmósfera es amigable, pues a los egipcios les gusta trabajar con ahínco y vivir intensamente.
Suelen trabajar en el corazón de las ciudades, que han experimentado numerosos cambios en los últimos años y, en la actualidad, se encuentran a la vanguardia de la política mundial, o bien se dedican a las tierras de cultivo del Valle del Nilo o al turismo.
Asimismo, se puede disfrutar de cualquier experiencia cultural en vivo, desde las últimas novedades artísticas hasta la música, la danza o el teatro.

La mayor parte del año, Egipto es un país cálido. En verano, la temperatura puede alcanzar los 25–35 ºC en El Cairo y esto suele verse reflejado en el modo de vida de los egipcios, tal y como lo ha hecho durante siglos. Generalmente el ritmo de vida es pausado y, aunque los centros de las ciudades suelen parecer animados, no pasa demasiado tiempo antes de que todo el mundo se dé por vencido y encuentre un lugar fresco donde descansar un rato.

HISTORIA
La historia de Egipto se remonta a tiempos inimaginables. Es un país conocido en el mundo  entero sobre todo por sus faraones, como Tutankamón, y sus civilizaciones antiguas que nacieron, en su mayoría, en las orillas del río Nilo y crearon tantas de sus estructuras simbólicas.

Los primeros signos de civilización datan de épocas prehistóricas, aunque probablemente las raíces de las ciudades y poblados actuales se remontan al año 8000 a. de C., cuando se formó el Sáhara y los colonos empezaron a desplazarse más cerca de la tierra fértil de las orillas del Nilo donde terminaron por asentarse y crear comunidades. Estas civilizaciones antiguas se desarrollaron y crecieron casi exclusivamente gracias al Nilo, durante un periodo conocido como el predinástico, época anterior al reinado de los faraones.

El periodo dinástico, generalmente considerado uno de los periodos culturales más antiguos que existen en el mundo, empezó en torno al año 3100 a. de C. y debe su nombre a la serie de dinastías que gobernaron el país. Se cree que el primer faraón fue Menes, a quien se atribuye la unificación de Egipto, por aquel entonces dividido. De hecho, al país se lo conocía como «tawy», que significa ‘dos tierras’.

Un total de 30 dinastías gobernaron en los siguientes tres milenios hasta el año 30 a. de C. aproximadamente. La mayoría de los faraones, si no todos, querían dejar su huella en Egipto e hicieron construir estructuras, tumbas, templos y palacios sumamente hermosos. Fue  precisamente durante esta época cuando se construyó la mayoría de los impresionantes monumentos que aún hoy se pueden ver, entre ellos, las Pirámides de Giza y la Esfinge del Imperio Antiguo y los templos de Luxor en el Imperio Nuevo.

Desde la antigua era dinástica, Egipto ha sido testigo de numerosos periodos de la historia y conserva vestigios de su florecimiento bajo diferentes civilizaciones.

Aunque ha sido ocupado por persas, romanos, griegos, árabes, turcos otomanos, británicos y franceses, probablemente han sido los faraones los que dejaron en el país el legado más fascinante, que ha convertido al turismo en uno de los principales sectores económicos del país.

Quién no se ve cautivado por la historia de Tutankamón, el joven que se convirtió en rey en el 1333 a. de C. y, por tanto, en el Faraón de la dinastía XVIII, cuya máscara funeraria de oro macizo probablemente sea el objeto más famoso que se ha encontrado en Egipto hasta el día de hoy. O por la hermosa Nefertiti, la esposa del faraón egipcio Akhenatón, que se cree que gobernó sola antes de que Tutankamón se convirtiera en rey. Ellos son, entre muchos otros, los que hacen de Egipto un país legendario.

SOCIOECONOMÍA
En la actualidad, Egipto es uno de los líderes políticos y culturales de Oriente Próximo.
Su economía boyante es el resultado de las reformas económicas y la inversión extranjera, así como del rápido avance del sector de las comunicaciones de alta tecnología. Su gobierno continúa invirtiendo en la infraestructura viaria y ferroviaria y canales navegales que se extienden desde la costa norte y el Delta del Nilo hasta los puntos meridionales del Valle del Nilo en Asuán y Abu Simbel, hasta el Desierto occidental y a través de la costa del Mar Rojo y hasta el Sinaí.

Egipto también cuenta con una de las mayores poblaciones de todos los países de esta parte del mundo, con unos 75,5 millones de habitantes. La mayoría reside en las ciudades  densamente pobladas de El Cairo, Alejandría, Luxor y Asuán, donde se dedican al comercio, la política, la venta al por menor y el turismo, mientras que otros viven en  las zonas rurales próximas a las orillas del río Nilo y se dedican a la agricultura. La tierra fértil de las orillas constituye la mejor zona de cultivo de Egipto en la actualidad, tal y como lleva haciendo unos 10 000 años.

Y es precisamente de esta tierra de la que el hombre ha dependido desde tiempos remotos. Sin el río, probablemente el país nunca habría sido más que un desierto. Una gran parte de la renta nacional de Egipto depende de la agricultura, junto con el turismo, las exportaciones de petróleo y el capital generado por el tráfico del canal de Suez.

La cantidad de personas que vive en zonas como el desierto del Sáhara es menor, ya que,  aunque es muy extenso, no permite satisfacer las necesidades humanas, mientras que las zonas costeras del Mar Rojo y el Sinaí cuentan con una gran población, especialmente en las principales ciudades, que disponen, en general, de buenas infraestructuras y servicios. Disponen de centros sanitarios, tiendas, restaurantes, numerosos centros deportivos, especialmente los dedicados a los deportes acuáticos, y hoteles de primera categoría. La población de estas zonas se refuerza con los numerosos turistas que, durante los meses de verano, llegan de vacaciones en busca de diversión, aventuras en tierra y mar, bienestar y relajación en spas, golf o escapadas de un par de días.
La sociedad egipcia gira en torno a la familia, por lo que no es inusual ver a todas las generaciones de una misma familia cenando juntas o de excursión. En el país, la religión es importante y musulmanes y cristianos viven y trabajan juntos y en armonía. Como visitante siempre le harán sentir protegido y bienvenido.

GASTRONOMÍA
En Egipto podrá encontrar una de las cocinas más deliciosas y saludables de todo el mundo. Los platos del Egipto moderno —con influencias del Mediterráneo y Europa, África y Oriente Próximo— combinan verduras frescas, a menudo de colores vivos, y fruta recién recogida de los árboles con pescado, marisco, carne y abundantes legumbres, hierbas aromáticas y fuertes especias.
Aunque muchas de las prácticas culinarias son bastante similares a las habituales en los tiempos faraónicos, la convivencia de los egipcios durante determinados periodos históricos con —entre otros— los otomanos y los franceses, que trajeron consigo su característico estilo de cocinar, ha dejado una huella imborrable.

Normalmente, la comida empieza con una sopa, como la melokiyah, con verduras de hoja verde.
Existen numerosas recetas de sopa que utilizan como ingredientes tomates, berros, legumbres o judías, y con hierbas, como el hinojo, que les proporcionan un sabor muy fuerte. Los ajos, al igual que la cebolla, se utilizan de forma generosa, y las especias también.

Cuando se excavaron las Grandes Pirámides de Giza, se descubrió que a los obreros del Antiguo Egipto se les pagaba con cebollas y un tipo de pan que debió de ser sin refinar y muy saciante. Y ambos continúan siendo alimentos básicos en la dieta egipcia actual. Asimismo, se descubrió que muchos obreros también recibían cerveza elaborada a partir de cereales.
Los restaurantes egipcios ofrecen un sinfín de platos llenos de especias de llamativos colores que constituyen el ingrediente estrella. Asimismo, las sopas se sirven con panes ácimos como las aish o los pita.

A continuación, pescado fresco (samak), estofado de pescado o marisco acompañado de arroz. La carne se prepara a la perfección. El pollo, el cordero y la ternera son los más populares y suelen asarse a fuego lento, con numerosas hierbas, o picarse en trozos y añadirse a platos como las hojas de parra rellenas. La paloma, hamaam, está considerada un manjar y  descubrirá que siempre está deliciosa si se cocina con mucho esmero.

El koshari es el plato nacional y puede encontrarse delicadamente preparado en los menús gourmet, así como en los puestos de comida rápida o en los carritos de comida ambulantes. Se hace con macarrones o espaguetis, arroz, lentejas y garbanzos, todo servido con una espesa salsa de ajo y tomate, coronado con hierbas y cebollas fritas. Puede parecer una extraña combinación pero está realmente delicioso. Entre otros platos tradicionales se incluyen el ful madammas, un plato de judías que se sirve con huevos cocidos, y el popular falafel, un plato de judías picantes trituradas con hierbas en forma de albóndigas y luego fritas.
Casi todas las comidas se sirven con ensalada fresca y, a menudo, con algunas pastas como el hummus o la tahina, o el babaganoush local, una pasta hecha con puré de berenjena.

El foul es un sabroso puré hecho con judías trituradas con aceite de oliva, hierbas y limón.
Los postres egipcios suelen consistir en un pudín de arroz hecho con agua de rosas y  espolvoreado con especias, o yogur y pastas rellenas de higos, nueces o dátiles. La miel suele empapar los postres de la misma forma que se hace en Oriente Próximo o en los países mediterráneos. Y, al terminar cada comida, seguramente no faltará la fruta fresca, sobre todo higos y dátiles, así como naranjas.

CLIMA
La región del Valle del Nilo se extiende unos 1 532 kilómetros y, por ello, el clima puede variar de forma considerable desde Alejandría, en la costa norte, hasta la orilla de Luxor, Asuán o Abu Simbel, situados más al sur. Aun así, en general, el clima del Valle del Nilo es moderado, con días muy soleados y pocas precipitaciones, a diferencia de las zonas desérticas, cuyas temperaturas son mucho más elevadas.

COMUNICACIONES
Egipto ha adoptado los servicios de Internet y, en la actualidad, es fácil conectarse a la red en hoteles, oficinas y cibercafés. Asimismo, cuenta con red Wi-Fi, red de Internet inalámbrica Wimax, que le permitirá acceder a Internet en las zonas más populares del país, especialmente cerca de Luxor. El sistema telefónico es eficiente y probablemente los visitantes no tendrán ningún problema en encontrar teléfonos públicos ni en adquirir tarjetas.
Además, puede comprar tarjetas móviles específicas para visitantes que le permitirán utilizar su teléfono móvil. De igual forma, las cabinas de color mitad verde mitad amarillo chillón de los principales proveedores de telecomunicaciones, Menatel, suelen ser fáciles de avistar. Las tarjetas están disponibles en la mayoría de los quioscos y tiendas con el logotipo de Menatel y son de 10 y 30 unidades para uso local e internacional. También puede comprar sellos y enviar cartas en las oficinas de correo o en el propio hotel, aunque tenga en cuenta que las oficinas de correo cierran los viernes.









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