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Editorial - Universo del Crucero (XV) - Vida a bordo del barco
Viernes, 28 de diciembre 2012 Manuel Medina

























Damos unas pinceladas en la presente entrega a cómo transcurre la vida a bordo del buque, con cierta atención al "timming"  en lo concerniente a horarios de comidas, pues son muchas las consultas en torno a este asunto, ya que en ocasiones se pretende encajar las distintas escalas en puerto con los servicios de restauración.

Cada noche -y a la llegada el día de embarque-, encontraremos en el camarote el programa con los horarios y actividades del día siguiente (en el caso del primer día se referirá al día en curso). Se trata del "Diario de a bordo". Se edita en varios idiomas y se distribuye de acuerdo con la nacionalidad de cada pasajero. En el caso de ser nuestro primer crucero nos llamará la atención comprobar la cantidad y diversidad de actividades propuestas (más si se trata de un día de navegación sin escalas).

Tras dar nuestros primeros pasos por algunas de las zonas para pasajeros (no se permite al acceso a la zona de tripulación) nos sorprenderá comprobar el numeroso personal que trabaja a bordo: por lo general, la media es de un tripulante para cada tres pasajeros (varía según las dimensiones del buque). Será difícil que nos sintamos desatendidos.

El desayuno se puede tomar en el buffet -incluyendo alguna zona de terraza semicubierta al aire libre-, en el restaurante o incluso en el propio camarote, sin cargo adicional normalmente. El horario suele ser de 7 a 10 h. Si ese día toca escala y no apetece bajar a tierra (aconsejamos al menos un paseo por la zona cercana al puerto), en el barco disponemos de un sinfín de actividades programadas o, si se prefiere, nos podemos dedicar en cuerpo y alma al spa. Masajes y demás tratamientos se pagan aparte, no así el uso de la sauna o el baño turco (aunque hay barcos en que si).

El almuerzo se puede hacer o bien en los buffets o en el restaurante, servido por tanto en mesa, lo que nos parece mucho más acertado sobre todo teniendo en cuenta la elevadísima calidad del servicio de los barcos de cruceros. Sin embargo no es mala opción utilizar el buffet en el caso de que estemos disfrutando de la zona de piscina o queramos simplemente realizar una comida más informal. Suele ser la única opción cuando se trata del día de embarque, lo que está plenamente justificado pues los pasajeros llegarán de forma muy escalonada al puerto y en un horario a veces fuera de los márgenes habituales para este servicio.

Para cenar hay dos turnos: el "tempranero", sobre las 20:00 h; y el que suele concentrar a los viajeros españoles e italianos, aproximadamente a las 22:00 h. Ello varía de unos barcos a otros.  Recordemos que la mesa que nos asignen el primer día será la misma para el resto del viaje, así como los comensales que nos toquen en suerte (podemos solicitar ser cambiados de mesa en el caso de no sentirnos cómodos).

Para picar entre horas tenemos el salón de té o el propio buffet (de 16 a 17 h, aproximadamente) y, en algunos buques, la pizzería (de 17 a 19 h). Y si tenemos apetito a altas horas de la noche, siempre nos queda el buffet de medianoche.

Durante el crucero suele haber una o dos cenas de gala y es costumbre ir algo más "ataviados" que de costumbre, aunque cada vez más es habitual el no caer en los excesos formales de vestimenta de hace años. Es costumbre que el capitán se una a estas veladas e invite a algunos de los viajeros a compartir su mesa.

Para los amantes de la nocturnidad, la noche a bordo es larga. Dispondremos de sesiones de DJ en la discoteca, concursos con la participación "voluntaria" de los pasajeros, y ambientaciones musicales en vivo en salones y bares. Sumemos a todo ello el simple placer de un paseo por cubierta o por las galerías comerciales. Juegos de mesa en familia en la sala de ocio o asistir al casino con la intención de probar suerte pueden ser otras de las muchas opciones.

Por tratarse de algo de relativamente reciente implantación y novedoso para incluso veteranos cruceristas, haremos mención a una modalidad que se aparta de todo lo expuesto: el Freestyle Cruising.

Freestyle Cruising es una forma completamente nueva de enfocar el crucero y el término fue acuñado por la compañía Norwegian Cruise Line, precursora del sistema.

Se trata de tomar cada uno de los aspectos del crucero tradicional y añadir una mayor flexibilidad acorde a los gustos de cada pasajero. De esta forma, preservando todo el encanto de los cruceros, se les añade más libertad, nuevas experiencias gastronómicas , actividades y un código de etiqueta menos rígido. No se establecen horarios fijos. Es el pasajero el que decide la hora de su cena. Los restaurantes suelen estar abiertos desde las 17:00 hasta la medianoche con la posibilidad de cenar cada noche en un restaurante diferente, pues algunos buques disponen de hasta diez ofertas gastronómicas diferentes. En resumen, el pasajero es el que escoge cuándo, dónde y con quién comer en cada momento.

Manuel Medina



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